Canto de la Tripulación

 

Nº1: Motos

El viejo Rocker lleva el pelo demasiado largo, la vuelta de los pantalones demasiado ajustada.
Pasado de moda hasta el final.
Se tomó la cerveza con demasiada facilidad.
La cabeza de la muerte en la hebilla del cinturón -los sueños del pasado-.
Ahora es demasiado viejo para el Rock’n Roll pero demasiado joven para morir.
Una vez tuvo una Harley Davidson y una Triumph Bonneville.
Contaba sus amigos por bujías fundidas y ruega para que siempre sea así. Pero es el último de los motoristas de sangre azul (…)

Extracto de la canción “Too old to Rock’n’Roll: too young to die”, de Jethro Tull.

 

Nº2: Mujeres

(…)
En ti aprendí a la Mujer, al feliz ser que evoluciona en la vida por placer, sin mayor preocupación que cuidar de la Belleza.
Quise hacer de ti una diosa de carne y hueso, pero pudiste más que tu propia belleza y ganaste la eternidad.

Fernando País

 

Nº 3 No te mueras nunca

(…)
De los contemporáneos quedamos pocos, los más drásticos cayeron enseguida, deprisa… despacio… Vamos quedando menos.
Otros hemos desaparecido por algún tiempo sobrevolando de vez en cuando en campo de batalla… Batalla que ganaremos.
Batalla que libramos al grito de ¡Pura Vida! Con esta nave: El Canto de la Tripulación.

Fernando País

 

 

Nº 4 Y si no hay viento habrá que remar

(…)
Eternidad que nos acumula con mentiras de colorines y palabras grandes, que no llegan al Agua. Agua de mares secretos, humanos.
Agua que nos une y acapara potenciándonos como navegantes de un infinito Infinito.
Rumbo de vientos sentidos en efímera carne tatuada, agotándolo todo, y surgiendo en el próximo gesto, de cada golpe.
Qué remedio. Si no hay viento habrá que remar.

Fernando País

 

 

Nº 5

Si Leonardo se lo hubiera propuesto, todos iríamos tatuados desde hace siglos y sería de lo más normal tener en un marco del salón de casa la piel del torso de nuestro bisabuelo, al lado la de nuestra abuela con un dragón en fucsias rosas y rojos total, y alguna que otra herencia de amigos queridos (…)

Fernando País

 

 

Nº 6 La novela

Novela completa: El cuaderno del pirata. La bailarina cubana. Escuela de verdugos. Un tesoro que se esfuma… ¿Novela de aventuras? ¿Relato humorístico? ¿Lección de filosofía? ¿Realidad de una quimera?… Todo ello se encuentra en esta obra.

 

Nº 7 Ramón

“Nos aliviaríamos si comprendiésemos que morir es la última diversión de la vida”
Ramón Gómez de la Serna

Presentar una intachable hoja de servicios, enlodada con los más exquisitos pecados, es mucho pero no es suficiente como para que alguien pueda ser considerado un Tripulante Ejemplar: para lograrlo tendrá que haber conocido de cabo a rabo los ecos de la sonrisa del diablo; o lo que es lo mismo, deberá haberse adentrado en oscuridad nunca transitadas valiéndose únicamente de los destellos de su coraje y de la lumbre de su talento (…)

Gonzalo García Pino

 

 

Nº 8
(…)
Viajar a través de las drogas es morir cada día y disfrutarlo sólo. A veces yo paraba por Chueca y las Salesas en una época, por el Sol y la Gran Vía en otra, por el Dos de Mayo en otra, por mi barrio. En algunas ocasiones, de todos lados he tenido que salir corriendo con un bardeo tras mi gaznate por querer estar siempre más ciego de lo que estaba.
Me hacía muchas de mis movidas con travestís, sirleros, descuideros y pequeños traficantes de tres al cuarto, nos poníamos hasta la bola en la placita del Olivo. Las lumis sabían que yo manejaba bien la jeringa y acudían a mí a que les pusiera picos de coca en esos riachuelos formados por venitas grises, escondidas, temerosas…
(…)

El Ángel

 

 

Nº 9:

En la soledad del sueño el tiempo desaparece. La edad de oro que atraviesa la infancia no conoce el tiempo. Los relojes nacen del cadáver blanco de un niño muerto. La conquista de aquel “uso de razón” del que nos hablaron los catecismos no es un paso hacia adelante en nuestra biografía, es casi una derrota: la vida deja de ser gratuita (…)

Gonzalo García Pino

 

 

Nº 10: Calavera no llora

En el circo de la vida, el calavera camina sobre un alambre, sin red. Cosido a su bandera, un lema: “el que se excusa se acusa”, y bajo el eco de sus pasos se apaga el tozudo guirigay de las quejas y de los lamentos. Calavera no llora.

Gonzalo García Pino