En esta colección de imágenes, realizadas a lo largo de su carrera, desde 1975 hasta la actualidad, Alix retrata su universo privado, sus amigos, sus compañeros de viaje, y muestra la evolución de su mirada sobre la moto. Una mirada que, con el paso del tiempo, torna hacia terrenos más expresionistas y alegóricos.
Estas fotografías se encuentran recogidas en el libro MOTO (Editorial Cabeza de Chorlito, 2015), y en la exposición “Sombras del viento” (2015) realizada para el Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León (MUSAC).
La moto ha sido siempre el mayor estimulante de mis neuronas. Desencadena en ellas corrientes de felicidad. Ansias de vivir y de moverme, de sentir el sol jugando con mi sombra sobre las ruedas. El éxtasis de seguir rodando. Dando guerra. Dándole al mango, en argot motero…
Voy perdiendo reflejos y velocidad, pero no cabeza. Ésta sigue cuerda. Es decir, igual de loca y chalada –como el primer día– por la moto. Aún más, hoy, con los años, puedo verlas iluminadas en su metáfora. Soñarlas libres y conducirlas sobre un imaginario visual del viento. Una rapsodia de emoción eterna flota en el aire. Velocidad. Libertad. Creación. Fantasía… ¡Alma de circo!